Afrodescendientes: Volver al origen
Un camino para la autoafirmación
En el año 2006 se declaró el 4 de junio como el Día de la Cultura Afroperuana en homenaje al pensador y artista Nicomedes Santa Cruz; y en el año 2014 junio fue declarado el mes de la cultura afroperuana, para visibilizar los aportes de los pueblos afroperuanos, su situación actual, sus agendas, los alcances de las políticas públicas, y promover su valoración e importancia en la sociedad peruana.
Mi abuela materna era de Mollendo y mis abuelos paternos de Chincha, según me han contado, todos ellos afrodescendientes. Debo confesar que aún no inicio el camino de vuelta hacia esos orígenes, me he sentido más inquietada e identificada con mi origen andino y allí sigo escarbando para encontrar y proyectar el mundo quechua que me habita. No por ello me abandona el deseo de volver a mis orígenes africanos, aunque van muriendo mis antepasados que puedan dar cuenta de mi historia familiar. Lo que tampoco me abandona es un orgullo sincero que descubrí siendo adulta entre la razón y el corazón.
En el Perú, el censo del 2017 revelo que 828,894 peruanas y peruanos de 12 años a más (3,6%) se autoidentifican como afrodescendientes pero la cifra probablemente sea mucho mayor. El racismo y la discriminación obstaculizan la forja de una identidad étnica y cultural adscrita precisamente a los pueblos que fueron sometidos durante la colonización. El estatus “blanco”, entendido como sujeto con poder, se erigió como referente de superioridad y con ello indígenas y afrodescendientes quedaron subalternizados. Esta jerarquía en la sociedad marcó las relaciones entre peruanos empujando al blanqueamiento y por esa vía, el alejamiento de su cultura, desconociéndola u olvidándola. En estas condiciones es muy difícil para la mayoría de peruanas y peruanos volver al origen como una fuente de identidad y orgullo, pero además convertirse en defensores de sus lenguas y culturas, resistir el hegemonismo, alejarse de todo intento de blanqueamiento y autoafirmarse como miembro de una colectividad que lucha por un lugar en la sociedad en igualdad de condiciones.
Junio fue declarado el mes de la cultura afroperuana para visibilizarla, valorarla y promoverla como cultura viva en el presente y no siempre anclada en el pasado de la esclavitud y el oprobio, que es a lo que suele reducirse cuando se aborda en las Instituciones Educativas y en los textos escolares. Martín Valdiviezo realizó una interesante investigación que lo llevó a revisar las ilustraciones de textos editados por la Editorial Santillana para los grados de 1ro al 6to grado de Primaria en el Área de Personal Social, precisamente alrededor del bicentenario de la república, que reafirmaba los principios de igualdad, libertad y fraternidad. En su estudio cuantifica el número de ilustraciones en las que están representadas las identidades afrodescendientes y las identidades indígenas y evidencia que están subrepresentadas. No solo eso, en cuanto a las imágenes de afrodescendientes solo se les representa en el pasado colonial o independentista, no en sus contribuciones actuales, y sólo encontró una imagen en la cual se representa a un afrodescendiente como profesional. Esta invisibilización de las y los ciudadanos afrodescendientes no puede seguir siendo lo "normal" y la educación peruana no debe ser cómplice de estas formas de discriminación y racismo ¿Qué está haciendo el MINEDU al respecto?
Ser consciente de nuestro origen, honrar a nuestros ancestros (sin dejar de ser críticos cuando corresponda), recuperar los legados culturales, resistir la tentación de querer ser quienes no somos es un desafío individual y colectivo. Igual de retador es asumirnos anti-racistas en nuestra vida diaria y quehacer cotidiano, para ello todas las instituciones públicas y privadas deben aportar en ese sentido.