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Fuente: Rossana Mendoza zapata

Las niñeces y adolescencias del 2024

Son presente y futuro

El año 2024 ha sido un desastre para las niñeces y adolescencias en cuanto a su salud, educación, protección y atención integral y esta es una muestra más de la degradación del estado que cada vez asume menos compromisos y responsabilidades cuando lo que corresponde es asumir su rol garante de derechos.

Rossana Mendoza Zapata

Publicado: 2024-12-29

Es doloroso cerrar el año 2024 con cifras tan alarmantes que dan cuenta de la situación de las niñeces y adolescencias más vulneradas en el Perú: las indígenas, afrodescendientes, de niveles socioeconómicos más pobres, migrantes, trabajadoras, en situación de calle, en especial las niñas y adolescentes mujeres que viven en los ámbitos rurales y periurbanos. Para ellas y ellos la violencia es más cruda, su alimentación no está asegurada, su acceso a servicios de salud y educación es limitada y son invisibles, no se les escucha ni se les toma en cuenta.

En el Perú habitan alrededor de 11 millones de niñas, niños y adolescentes, alrededor del 70% aproximadamente está resguardada en sus hogares y sus familias pueden brindarles las oportunidades que necesitan para crecer y ser felices, no requieren de las intervenciones directas del estado ni de políticas especiales, aunque sí requieren de las garantías para mantenerse a salvo y de un sistema de protección suficientemente robusto para actuar cuando lo demanden. El otro 30% (más de 3 millones) vive en situación de pobreza, pobreza extrema y está expuesta a muchas situaciones de riesgo en donde convergen los escasos ingresos familiares, la violencia intrafamiliar, el embarazo infantil y adolescente, la interrupción de su escolaridad, la anemia y la desnutrición, la precariedad por ser migrante, la discriminación por su origen, lengua materna, discapacidades, sexualidad o apariencia. A estas infancias y adolescencias el estado peruano les ha fallado e incluso los asesina por hacer uso de su legítimo derecho a la protesta y los maltrata cuando están trabajando para contribuir en la economía familiar, no los busca prontamente cuando son secuestrados o huyen de sus hogares, les brinda alimentos deficientes en sus escuelas, no los socorre oportunamente ante las emergencias climáticas, ni les atiende con un aborto terapéutico cuando resultan embarazas a consecuencia de una violación sexual y mucho más.

Para quienes no han reparado en esta realidad o consideran que exagero, aquí algunas cifras nacionales a manera de balance para ilustrar la situación de las infancias y adolescencias en el Perú, aunque bien sabemos que la estadística nacional oculta cifras más alarmantes en regiones y provincias:

- 58,349 casos de violencia (económica, física, psicológica y sexual) contra niñas, niños y adolescentes de 0-17 años han sido atendidos por los Centros de Emergencia Mujer entre enero y noviembre, la mayoría adolescentes mujeres (Programa Nacional Aurora).

- 18,087 casos reportados de violencia escolar (física, psicológica y sexual) en sus Instituciones Educativas (SISEVE- MINEDU).

- 66,000 adolescentes interrumpen su educación en el último año de secundaria y 13,000 durante la primaria (ESCALE-MINEDU).

- Cada día 12 niñas de 10 a 14 años fueron embarazadas y cada hora 9 adolescentes de 15 a 19 años quedan embarazadas (UNFPA).

- 1200 niñas, niños y adolescentes declarados en abandono en los Centros de Atención Residencial del INABIF.

- 8,809 niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años fueron reportados desaparecidos, la mayoría adolescentes mujeres entre enero y noviembre 2024 (Registro Nacional de Personas Desaparecidas - MININTER).

- 12 niñas y adolescentes mujeres de 0 a 17 años de edad han sido víctimas de feminicidio entre enero y noviembre (Programa Nacional AURORA).

- 3.5 millones de niñas, niños y adolescentes son beneficiarios del programa Qali Warma y sufrieron las consecuencias de la corrupción recibiendo comida de baja calidad.

Pero la luz y la esperanza brilla a pesar de la oscuridad, y allí encontramos a las organizaciones de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en donde pueden participar, tomar posiciones frente a la realidad, exigir sus derechos y llevar propuestas antes las instancias del estado. Encontramos a las madres, padres y cuidadores luchando día a día por salir adelante y brindándole a sus hijas e hijos amor, alimento y cuidados. Tenemos a miles de servidores públicos en diferentes sectores resistiendo dentro del mismo gobierno con su empeño y dedicación para hacer lo mejor y que las niñeces y adolescencias sean atendidas adecuadamente en escuelas, postas y centros de salud, fiscalías, servicios de cuidado y protección, Son los fieros servidores que brillan en medio de la descomposición del estado. Contamos con los organismos internacionales, ONGs, iglesias, organizaciones indígenas y populares, voluntariados y colectivos que trabajan cada día para llevar adelante sus programas y proyectos en una labor perseverante.

Ellas y ellas son la esperanza para el 2025, son los que mueven las cifras a favor, los que pueden trabajar con dignidad y seguros que sus acciones transforman vidas, los que pueden dormir inquietos y preocupados pero convencidos que están dando lo mejor de sí.

Apreciadas y apreciados lectores, qué tal si somos más los que nos sumamos a este pequeño contingente de luchadores resilientes y aportamos lo que nos sea posible, qué tal si miramos a las infancias más carenciadas y olvidadas con respeto y ternura, qué tal si para el 2025 nos proponemos ser mejores ciudadanos y asumimos la responsabilidad de contribuir a que la vida de las niñeces y adolescencias de nuestro alrededor sea mejor. Estamos autoconvocados.


Escrito por

Rossana Mendoza Zapata

Educadora peruana


Publicado en

Agenda Infancia

Espacio de difusión, denuncia y promoción de situaciones de actualidad relacionados a niñas, niños y jóvenes